lunes, 28 de abril de 2014

Comentarios sobre Zeichner (I). Presentación realizada por Eva Cases y Sara Oliveira

Resumen muy recomendable del Capítulo V de Zeichner: Investigación-acción: La renovación personal y la reconstrucción social. 

Realizado por Eva Cases y Sara Oliveira 



INTRODUCCIÓN: Este capítulo se centra en la investigación-acción y algunos tipos diferentes de cambio social: el desarrollo del profesional, la mejora institucional, y el cambio social, haciéndose referencia a los investigadores en la acción como profesionales, y a la reforma en un sentido general. El interés principal del autor es Determinar en qué medida se puede decir que el movimiento internacional en continua expansión de la investigación-acción contribuye a los procesos de cambio, desde el punto de vista del impacto de la investigación-acción en la construcción de unas sociedades más democráticas y dignas para todos los que viven en ellas (es decir, su relación con las cuestiones de continuidad y cambio social). Por lo que nosotras, tras leerlo y analizarlo hemos decidido comenzar por explicar la importancia y la evolución del concepto de investigación-acción desde los ideales de Zeichner para posteriormente desglosar cada uno de los siguientes apartados y finalizar con una reflexión personal. 

AUTOR Y SU RELACIÓN CON EL CONCEPTO DE INVESTIGACIÓN-ACCIÓN: Antes de entrar en lo sustancial del artículo, hemos realizado una síntesis de la evolución de éste concepto, según las vivencias personales de éste autor. Comenzó a trabajar con este concepto por primera vez en 1970, cuando trabajaba de profesor en un centro de primaria del estado de Nueva York, ya que en la escuela en la ejercía de profesor, estaba vinculada a muchos conflictos raciales, por lo que, se propiciaban talleres sobre desarrollo organizativo, dirigidos por un profesor universitario local que utilizaba el esquema de la investigación-acción para abordar los numerosos problemas que se le acumulaban, entre ellos el fracaso académico de muchos de los alumnos afroamericanos y la extrema marginación en que la comunidad se encontraba respecto a la escuela. Durante aquellos primeros años de su carrera docente comenzó a ver el potencial de la investigación-acción para contribuir de forma importante en la reconfiguración de la escuela como institución, mejorar las relaciones entre ella y la comunidad y fomentar una experiencia educativa de alta calidad para todos los niños. Zeichner es un autor que lleva quince años coordinando programas de formación del profesorado e impartiendo cursos de licenciatura relacionados y siempre ha estado vinculado a la investigación-acción de muchas formas: desde su propia práctica, colaborando en el desarrollo de los alumnos de formación del profesorado, y en la de los docentes de los centros de la zona, además de que ha dedicado mucho tiempo, a ayudar en los trabajos de investigación-acción tanto de alumnos que realizan las prácticas de formadores de profesores, como de los futuros docentes y de quienes ya están trabajando como tales. Toda su vida ha estado directamente relacionado con el concepto de investigación-acción, defendiéndolo de una forma activa y consecuente; Cuenta como en múltiples ocasiones ha arriesgado mucho por defender el derecho de los profesores y de sus educadores a asumir el control de sus propias prácticas, y no consentir que lo ejercieran los políticos, los reformadores profesionales y los empresarios de la mejora de la escuela. Defiende plenamente los valores y los principios en los que se basa el concepto de I-A y fomenta su compromiso por democratizar el proceso de investigación y dar a los profesionales más voz en la determinación de las políticas que afectan a su trabajo diario, también defiende que la investigación-acción se una al cometido más amplio de construir unas sociedades más humanitarias y solidarias. 

LOGROS DEL CONCEPTO DE INVESTIGACCIÓN-ACCIÓN En los últimos veinte años las expresiones I-A, práctica reflexiva y profesional reflexivo se han convertido en eslóganes de la reforma educativa en todo el mundo. Por todas sus características, este movimiento internacional de la educación profesional se puede entender como una reacción contra la idea de los profesionales como técnicos que se limitan a realizar lo que otros no pueden. Esos eslóganes también significan un reconocimiento de que la generación de conocimientos sobre la buena práctica y las buenas instituciones no es propiedad exclusiva de las universidades ni de los centros de investigación y desarrollo; es un reconocimiento de que los profesionales también tienen sus teorías y pueden hacer sus aportaciones a los conocimientos del trabajo de la comunidad de profesionales. 

LA VOZ QUE DEBEN ASUMIR LOS PROFESIONALES DE LA EDUCACIÓN. Zeichner, hace referencia a la importancia de tener en consideración los fines que se desean conseguir con la investigación-acción, desde prácticas y situaciones reales. Se hace hincapié en un concepto de "I-A como una indagación sistemática que el profesional hace de su propia práctica, se critica a los profesores que centran su investigación en el interior de sus aulas, y que con su investigación-acción no intentan reformar las escuelas y la sociedad de forma más directa. Una de las ideas claves es la distinción entre lo técnico y lo crítico, lo micro y lo macro, son términos considerados como distorsionadores pero que en realidad, para nosotras, serían complementarios en todo proceso de ejecución, porque lo crítico está integrado en lo técnico y en el micromundo del profesional. Para ejemplificarlo con un caso concreto, hemos utilizado uno de los temas que propone Zeichner en este capítulo; “Cada aula tiene una dimensión crítica. Tal vez los individuos o pequeños grupos de profesionales, como los profesores, no puedan cambiar unas estructuras sociales injustas mediante la investigación-acción en su aula, pero sí pueden marcar importantes diferencias que afectan a las oportunidades que la vida brinda a sus alumnos, ya que bajo nuestro punto de vista es importante que al menos algunos profesores y otros profesionales participen en los esfuerzos dirigidos más directamente al cambio institucional y a la acción de la comunidad. Las decisiones que todos los días tomamos revelan nuestros compromisos morales con la continuidad y el cambio sociales, y esto nos hace no poder ser neutrales, dentro y fuera de las aulas. Esta última idea de que debemos esforzarnos por cambiar los prejuicios e injusticias sociales que están más allá del aula ésta directamente relacionado con la idea de la I-A socialmente crítica, o investigación-acción que está vinculada a la lucha por una mayor igualdad educativa y justicia social, porque Zeichner afirma que “La investigación-acción tiene el potencial de desempeñar un papel en la construcción de un mundo más justo, pero no siempre se ha aprovechado, por la creciente brecha entre ricos y pobres, o también por la degradación de los procesos democráticos.” LA INVESTIGACIÓN-ACCIÓN Y EL DESARROLLO PROFESIONAL INDIVIDUAL ¿La investigación-acción ha facilitado el desarrollo de los profesionales individuales? Si se tienen en cuenta las referencias existentes, los resultados son favorables, ya que se considera que la investigación-acción ha sido totalmente exitosa, ya que: - Ha transformado las prácticas realizadas en el aula. - Ha ayudado a incrementar el grado de confianza de los profesores - Ha contribuido a que los profesores comprendan con mayor profundidad sus propias prácticas y a sus alumnos. 

LA INVESTIGACIÓN-ACCIÓN Y EL CONTROL DE LOS CONOCIMIENTOS Otro ámbito en el que se dice que el movimiento de la investigación-acción puede ser potencialmente revolucionario y a cuyo cambio ha hecho una importante aportación, es el del control de los conocimientos educativos que informan el trabajo de los profesionales y los responsables políticos. Una de las características de la investigación-acción que Sthenhouse subrayaba, y que algunos siguen destacando hoy, es hacer pública la investigación de los profesionales, para que otros se puedan beneficiar de las indagaciones de las personas o los grupos, y para que puedan incorporar los conocimientos adquiridos con esas investigaciones. Consideramos que la práctica investigadora, sería más enriquecedora si lográramos que se planteara desde las problemáticas existentes, para interpretar y mejorar su práctica, y entender su posterior puesta en práctica. 

CONCLUSIÓN Y OPINIÓN PERSONAL: Como futuras profesionales de la pedagogía, consideramos que la raza, el sexo, la clase social, la lengua, la religión, la preferencia sexual, etc., siguen desempeñando papeles fundamentales en la determinación del acceso a una educación, una vivienda y una atención sanitaria de calidad, y a un trabajo gratificante del que se obtenga un salario digno. Estos determinantes siguen afectando a la incidencia de toda una serie de consecuencias, como la malnutrición, el maltrato infantil, los embarazos de adolescentes, la delincuencia violenta y el consumo de drogas. Por lo que nosotras, planteándonos también una investigación-acción crítica, nos cuestionamos ¿Por qué los investigadores en la acción deberían considerar las implicaciones sociales y políticas de su práctica y actuar sobre ellas? ¿Por qué no decidimos centrar nuestro trabajo de investigación -en el aula, la escuela, la universidad o la comunidad más amplia, denunciando las políticas que consideremos educativamente precarias o moralmente fallidas? Sería necesario que nos replanteáramos estas cuestiones, para conseguir una situación “democrática” y lograr que entre los investigadores en la acción hubiera un mayor interés público por lo que podamos hacer como educadores y como seres humanos para mitigar el dolor y el sufrimiento que nos rodean a diario. Este tipo de proyectos de investigación, aunque no sea el caso de la mayoría de los estudios del aula, pueden servir también para desvelar las conexiones reales aunque muchas veces escondidas entre lo micro y lo macro. Pueden ayudar a ver que lo que hacemos a diario como profesionales del ámbito educativo está necesariamente relacionado con cuestiones de continuidad y cambio sociales. Por lo que tras tener acceso a referencias de historias de profesores y alumnos que han participado en estos proyectos podemos establecer que lo investigación-acción ha sido a menudo una experiencia importante y significativa en su desarrollo profesional. En resumen, hay multitud de pruebas documentadas que justifican la afirmación de que la investigación-acción basada en la actuación es mucho más que una promesa. Para concluir, consideramos necesario responder a esta pregunta que Zeichner plantea a lo largo del capítulo. “¿Estamos dispuestos a aceptar como necesariamente bueno cualquier cambio que se produzca mediante la investigación de los profesores? Porque pese a todo lo bueno que se ha conseguido en las aulas de los profesores investigadores a lo largo de los años, son muchos los niños que se siguen quedando al margen de los beneficios generados por los esfuerzos de desarrollo del profesor y mejora de la escuela. Y seguirán estando marginados mientras no exista un interés explícito por la distribución equitativa de lo que se haya conseguido en relación con esas mejoras.

9 comentarios:

  1. En éste artículo de Zeichner, la preocupación del autor es determinar si la I-A contribuye a los procesos de cambio para conseguir unas sociedades más democráticas para todos. El primer acercamiento de este autor a la I-A fue cuando comenzó a trabajar como profesor en un centro de primaria vinculado a numerosos conflictos raciales, y en el que se llevaban a cabo talleres dirigidos por un profesor universitario local que usaba la I-A para abordar los problemas que ahí se originaban, como por ejemplo, el fracaso académico de alumnos afroamericanos. En ese momento Zeichner comenzó a ver el potencial de la I-A, desarrollando todo su trabajo en relación a esta forma de investigación, formando a los futuros docentes y ayudando al profesorado de la zona. En este sentido ha defendido durante toda su carrera el derecho de los profesores y de sus educadores a que ellos asumieran el control de sus propias prácticas, y no profesionales externos (políticos, reformadores profesionales, empresarios) que les impusieran lo que debían hacer.
    Así, Zeichner es un claro defensor de los valores sociales y democráticos que promueve la I-A entendiéndose como una reacción contra la idea de que los docentes sean técnicos que se limitan a cumplir órdenes: también tienen sus teorías y pueden hacer sus aportaciones para toda la comunidad de profesionales, no siendo algo exclusivo de los docentes de las universidades. Sin embargo, se critica que los educadores normalmente centran su investigación en el interior de sus aulas, y que no van más allá para llevar a cabo una reforma de la escuela y la sociedad, haciéndose una distinción entre lo técnico y lo crítico, lo micro y lo macro. Pero en realidad estos términos serían complementarios, ya que como señala Zeichner en el capítulo, tal vez los profesores no puedan cambiar las estructuras injustas de nuestra sociedad a través de la I-A, pero pueden ofrecer más oportunidades a sus alumnos y alumnas, contribuyendo así a que haya una mayor justicia social. Es por ello por lo que la I-A ha favorecido el desarrollo de los docentes transformando sus prácticas en el aula, lo que ha ayudado a que muestren una mayor confianza y comprendan mejor sus propias prácticas y a sus alumnos.
    A su vez, otro de los aspectos importantes que se subraya en el capítulo es la publicación de los conocimientos adquiridos a través de la I-A, aspecto que señalaba Stenhouse, para que otros profesionales se puedan ayudar de estos en sus prácticas.
    Por desgracia, la raza, sexo, clase social…siguen siendo condicionantes para tener una mejor educación y mejores condiciones de vida, por lo que estoy de acuerdo con mis compañeras en que como futuras pedagogas y pedagogos, debemos plantearnos nuestras prácticas para una mejora real de esta problemática social.

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  2. El artículo de Zeichner “investigación-acción: la renovación personal y la reconstrucción social”, hace referencia a como la investigación-acción puede, o debe, producir un cambio social.

    Partiendo del hecho de que Zeichner ha estado durante mucho tiempo ligado a la investigación-acción, una de las primeras ideas que se destacan en dicho artículo, es la importancia de una práctica y de unos profesionales de la educación reflexivos. Esto se debe a que los profesionales de la educación, sirven también para realizar o complementar las investigaciones que se llevan a cabo desde las universidades o centros propios de investigación, pudiendo realizar aportaciones muy valiosas acerca de la práctica que desconocerían los técnicos.

    Del mismo modo que aseguran otros autores de artículos sobre investigación-acción, para realizar una investigación-acción, siempre se debe partir de situaciones reales.

    Una de las finalidades de la investigación acción defendidas por Zeichner, es la reforma o mejora de las pautas y los comportamientos sociales, éticos o morales, sobre las que se construye dicha investigación-acción, ya que defiende una investigación-acción socialmente crítica. La pregunta que nos podemos hacer, es ¿Por qué no se ha aprovechado la I-A como un instrumento de cambio social?, algunas de las posibilidades de respuesta, como menciona Zeichner, se encontrarían en argumentos como la brecha existente entre pobres y ricos, o debido a la degradación de los procesos democráticos, incluso podríamos añadir, debido al propio constructo social de los profesionales que intervienen en los procesos de I-A, centrándose sobre todo en cambios en contextos micro (aula), dejando de lado los contextos mas amplios o generales (sociedad en general).
    Otro elemento importante a tener en cuenta, y del que no se hizo mención con anterioridad, es la importancia de que el conocimiento educativos obtenido mediante las investigaciones se comparta, publique y distribuya, para que otros profesionales puedan seguir avanzando en la construcción y desarrollo de esos conocimientos sobre una base cada vez más amplia.

    Y con respecto a la pregunta que se plantea ¿Estamos dispuestos a aceptar como necesariamente bueno cualquier cambio que se produzca mediante la investigación de los profesores? por supuesto que no, ya que no todos los cambios, como el ejemplo que cita Zeichner en este artículo, son moralmente aceptables, ni la ética de todos los profesionales implicados en la I-A lo es.
    Es por esta razón que destaco la importancia de una formación inicial a los profesores que realicen una I-A, no solo de conocimientos teóricos, o sobre qué instrumentos o métodos utilizar para obtener una información veraz y útil, sino también acerca de los valores morales y éticos, necesarios para que la I-A pueda tener sus frutos en un cambio social positivo.

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  3. El capítulo V de Zeichner se centra en analizar el movimiento y el impacto de la I-A en los investigadores en la acción como profesionales.
    Este autor comenzó a trabajar la I-A en los años 70 del pasado siglo, en una institución escolar, concretamente de educación primaria en la que existían grandes conflictos raciales.
    Para conocer la evolución de la I-A se realizaban talleres sobre el desarrollo organizativo, utilizando el esquema de la I-A. Uno de los grandes logros fue el de reconocer que la I-A abarca diferentes ámbitos y por lo tanto las aportaciones no son exclusivas de Universidades ni de centros de I+D, todo profesional que trabaje en el ámbito educativo puede y debería realizar sus propias aportaciones teóricas, gracias a su propio ejercicio facultativo, lo que ha permitido una evolución gracias a las autoevaluaciones, un incremento de la confianza y una comprensión holística del ámbito que ocupan.
    Para mejorar las prácticas es necesario que se hagan públicas las experiencias, para que otros puedan beneficiarse y de esta manera contribuir favorablemente.
    Es obvio que existen diferencias sociales que van a determinar el futuro inmediato de los sujetos de la institución. Variables como el sexo, la raza o la religión pueden ser puentes conectores con problemas futuros como la delincuencia o la marginidad, por poner uno de los muchos ejemplos a los cuales la sociedad se enfrenta, queda claro que no se puede generalizar sobre una variable, queda sin concluir el modo de mejorar, también un poco ligado a las enormes diferencias que nos encontramos en los contextos y que como ya sabemos factores como el ambiente o la cultura inciden en los menores a corto y largo plazo. Hasta que no exista un interés explícito por parte de los docentes en mejorar estas realidades , que no dejan de ser diferentes y únicas, será muy difícil conseguir una sociedad democrática y una distribución equitativa entre los miembros.

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  4. Este capítulo se centra en la investigación-acción y algunos tipos diferentes de cambio social: el desarrollo del profesional, la mejora institucional, y el cambio social, haciéndose referencia a los investigadores en la acción como profesionales, y a la reforma en un sentido general. El interés del autor es determinar en qué medida la investigación-acción contribuye a los procesos de cambio, en la construcción de una sociedad más democráticas .

    .E l autor era profesor en un centro de primaria en Nueva York( años 70) en el que había muchos conflitos sobre todo raciales con alumnado afroamericano y en el que trabajaba un profesor universitario el cual utilizaba un esquema de investigación –acción para afrontar los distintos problemas que se producían, entre ellos el fracaso escolar.
    En esa época fue cuando Zeichner empezó a ver la importancia de la investigación –acción en el campo de la escuela como institución.

    Zeichner lleva años coordinando programas de formación del profesorado e impartiendo cursos relacionados con la investigación-acción de muchas formas: desde su propia práctica, de formación del profesorado, y en la de los docentes, además ayuda en los trabajos de investigación.

    Toda su vida ha estado directamente relacionado con el concepto de investigación-acción, defendiéndolo de una forma activa y consecuente.
    Ha arriesgado mucho por defender el derecho de los profesores y de sus educadores a asumir el control de sus propias prácticas, y no consentir que lo ejercieran los políticos o los reformadores.
    Defiende plenamente los valores y los principios en los que se basa el concepto de I-A
    Y como pueden influir para construir una sociedad más humanitaria y solidaria.


    Zeichner, hace referencia a la importancia de conseguir con la investigación-acción, lo que se desea desde prácticas y situaciones reales. Se critica a los profesores que centran su investigación en el interior de sus aulas, y que con su investigación-acción no intentan reformar las escuelas y la sociedad de forma más directa.

    Zeichner afirma que “La investigación-acción tiene el potencial de desempeñar un papel en la construcción de un mundo más justo, sin tanta diferencia entre ricos y pobres y las diferencias de oportunidades que hay entre los alumnos.

    Tal vez los individuos o pequeños grupos de profesionales, como los profesores, no puedan cambiar unas estructuras sociales injustas mediante la investigación-acción en su aula, pero sí pueden marcar importantes pautas para ofrecer más oportunidades a los alumnos y alumnas para que haya una mayor justicia social.
    debemos esforzarnos por cambiar los prejuicios e injusticias sociales que están más allá del aula .
    Si se tienen en cuenta las referencias existentes, los resultados son favorables, ya que se considera que la investigación-acción ha sido totalmente exitosa, ya que ha transformado las prácticas realizadas en el aula, ha incrementado el grado de confianza y comprensión de los profesores con mayor profundidad en relación a sus propias prácticas y a sus alumnos.

    Sthenhouse subrayaba, que es importante hacer pública la investigación de los profesionales, para que otros se puedan beneficiar de las indagaciones de las personas o los grupos, y para que puedan incorporar los conocimientos adquiridos con esas investigaciones.


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  5. Los conflictos raciales en un centro de primaria de Nueva York, hacen que Zeichner, profesor de dicho centro, se interese por la investigación-acción como método para la reconfiguración de la escuela allá por el año 1970. ¿En qué medida el movimiento de I-A contribuye a los procesos de cambio? Su pregunta sirvió de fundamento para ir viendo el potencial de este tipo de investigación, desarrollando todo su trabajo en relación a ésta. Formó a futuros docentes al mismo tiempo que ayudaba al profesorado de la zona haciendo hincapié en que éstos debían realizar sus propias aportaciones dejando a un lado ese rol tan técnico e hilado al simple cumplimiento de una serie de órdenes. En resumidas cuentas, podría decirse que fomentar una experiencia educativa de alta calidad mejorando las relaciones de la comunidad es defender que los profesionales de la escuela asuman el control de sus propias prácticas, es intentar reformar las escuelas y la sociedad de forma más directa.
    Construir un mundo más justo no debe quedarse en el papel, si sabemos el potencial de la I-A no podemos desaprovecharlo, seamos más críticos, luchemos por una mayor igualdad educativa y esforcémonos por cambiar las injusticias sociales más allá del aula partiendo de una indagación sistemática de nuestra propia práctica. Indagación, que por cierto, debería hacerse pública para que otros puedan beneficiarse de ella, ayudando así a generar más confianza entre los profesores y contribuyendo a que comprendan cada día mejor tanto a su alumnado como sus propias prácticas.
    No podremos borrar las injusticias de nuestra sociedad de un golpe ni erradicar la problemática social en su conjunto, pero si plantear nuestras prácticas con el fin de conseguir una mejora, que aunque no sea exorbitante, si sea real.

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  6. Alba Tamargo comentó lo siguiente:

    La lectura de este texto y el pensamiento de Zeichner han llamado cuantiosamente mi atención por varios aspectos. El primero de los mismos, ya se plasma en la propia Introducción del escrito cuando, nuestro autor, ferviente defensor de la investigación en la acción, previene acerca de los malos usos a las que esta rama investigativa ha sido sometida a lo largo de su evolución, por aquellos que desean utilizarla con fines ocultos o perniciosos. Es por esto por lo que defiende la verdadera esencia de la I – A, pero nunca la justificación, ni el empleo de esta práctica para cualquier fin. Y es que este apunte, bajo mi punto de vista, es excesivamente relevante, dado que a lo largo del tiempo muchas han sido las ciencias que han prestado colaboración al servicio del poder y, al igual que en numerosas ocasiones a la raza humana le han proporcionado facilidades y avances en los medios de vida, también han provocado desastres, como es el caso de la bomba de Hiroshima. Con esto quiero subrayar que no siempre utilizamos los hallazgos de forma correcta y que ni los fines, ni las siglas, justifican, en ningún caso, los medios.
    A su vez, promulga la importancia del empleo de esta herramienta, considerando “importante” todo lo que, mediante su uso, ha conseguido, pero nunca catalogándolo de “suficiente”. Otro detalle digno de mención es la negación del propio autor a entrar en discusiones teóricas y divagues, que poco tienen que ver con el cometido último de la investigación – acción, que es el fin social. Considero que se trata de una postura sumamente inteligente ya que, a menudo, los teóricos de la educación malgastan su tiempo discutiendo cuestiones teóricas que nunca serán llevadas a la práctica y que carecen de significado en sí mismas sin una acción que pueda acompañarlas, verificarlas o plasmar su utilidad en el contexto social humano.
    Al respecto de su concepción acerca de lo micro y lo macro, y de lo técnico y lo práctico, estoy totalmente de acuerdo con su perspectiva y visión de los hechos. Yo también considero y he considerado siempre que, cada decisión que un profesional toma en su aula, cada instante que emplea con sus alumnos, o cada palabra que les transmite, repercutirá en el futuro en el macromundo de la sociedad. Es decir, nada de lo que acontezca en el aula será ajeno al devenir.
    Otro aspecto relevante, ha sido la propia capacidad del autor para discernir entre aquellas prácticas que, en el ámbito pedagógico, resultan realmente fructíferas, de aquellas que no. Y es aquí donde surge su interés por el ámbito de la Investigación – acción, cuestión reseñable ya que, tanto en los tiempos pasados como en los presentes, el currículum estipulado tiende más a centrarse y a orientar a los profesionales hacia otros métodos de investigación, básicamente de carácter empírico – analítico, rechazando otros prácticos, interpretativos y reflexivos, por considerar que carecen del rigor estipulado o considerado como válido. En relación a este punto, se da cuenta, al igual que les sucede a la mayoría de los profesionales medianamente competentes, de que las respuestas no se encuentran únicamente en aquellas teorías que emanan de los estudios universitarios, sino que se encuentran en el exterior, en las propias experiencias.

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  7. Alba continua su comentario:
    Un alumno de Pedagogía en sus prácticas universitarias, cuando se da cuenta de que la realidad supera en gran medida los apuntes y lo dictaminado en los libros de texto, que tantos años atrás lleva estudiando. Cuando sale de su “micromundo” universitario y se enfrenta a la realidad, a los casos y problemáticas específicas y particulares, es cuando cae en la cuenta de que es ahí donde empieza su verdadero aprendizaje. Y esta politización y burocratización de la educación dictaminada que recibimos, puede ser la causa de que aquellos proyectos, no basados en la experiencia, fracasen habitualmente, tal y como recalca nuestro autor en los primeros folios del presente escrito. Sin embargo, peor aún que eso, está el dotar de carácter interesado y egocéntrico a una investigación, valiéndose de la coletilla de en la “acción”. Es por esto por lo que no debemos concebir proyecto alguno sin práctica ni teoría puesto que, ambas se complementan y se retroalimentan. Una sustenta a la otra, y la otra, a la una (al igual que sucede con los conocimientos académicos y los profesionales).
    Cierto es, que se ha avanzado mucho, respecto a lo que a consecución de logros se refiere. Conforme a mi entender, el más significativo de todos ha sido el dotar de autoridad y potestad al profesional, como participante activo, capaz de tomar las propias riendas de su actividad. Muchos autores y profesionales que se han impregnado de sus principios, halagan los beneficios y progresos individuales que aporta, pero parece necesario el hecho de impregnarse de la misma y de conocerla pues, a priori, como ocurrió en Estados Unidos, esta forma de investigación parece provocar rechazo en contraposición con las llamadas “pociones mágicas”, que parecen dejar a entre ver una falsa fórmula secreta como solución a los numerosos problemas de la escuela y del currículo. Será necesario que, para una buena práctica de la I – A, tanto alumnos como profesores se hagan partícipes de la misma, con un uso consciente y razonado, tomando como ejemplo las experiencias de los centros de Madison y Filadelfia, cuya actividad es enfocada al carácter constructivista, y rechazando la desigualdad y cualquier tipo de práctica que puede apoyar principios discriminatorios o vejatorios.
    Pero, muchas veces, también corremos el riesgo de extrapolar exageradamente la visión “micro” de la I – A, quedándonos únicamente en la visión del aula que, según la opinión de diversos autores, jamás alcanzará el calado social, puesto que no llegamos con ello a los poderes políticos. Nuestro autor critica esta premisa, ya que considera que, desde la labor realizada con los alumnos puede llegarse a adquirir vinculaciones con los poderes políticos. Así, aceptamos que toda actividad natural realizada puede ser dirigida al contexto institucional en el que se enmarca dicha situación (véase el ejemplo expuesto en el texto de los profesores de Madison y el sindicato). Las victorias se consiguen siempre a partir de pequeños logros y, como hemos podido comprobar, una actividad planteada a través de la I – A puede suponer un gran campo abierto de trabajo, en el que pueden participar y colaborar un sinfín de participantes, aprovechando en gran medida los hallazgos obtenidos a partir de esta investigación.

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  8. Y lo finaliza así:Siguiente a L. Stenhouse, queda clara la importancia atribuida a la difusión y el reconocimiento de cada nuevo hallazgo adquirido para, con ello, ayudar a otros profesionales a que encarrilen sus nuevos proyectos. Sin embargo, nuevamente es mucho lo que se escribe en los manuales de educación sobre teoría y poco sobre las verdaderas vivencias prácticas plasmadas de los docentes en las aulas. Se continúan sin aceptar tesis doctorales basadas en la I – A, incluso en las universidades más progresistas del mundo, lo que nos hace suponer que se le otorga cierto prestigio a este tipo de investigaciones pero, a la hora de la verdad, nunca resulta suficiente y siempre echamos mano de lo cuantificable, lo empírico, lo tradicional y lo exacto. De esta manera, los conocimientos generados mediante esta metodología no son incorporados finalmente al currículo, ni tampoco a la formación de profesionales docentes. Bajo mi punto de vista, los profesionales que respaldemos la I –A, debemos tener cuidado de no caer en contradicciones y de evitar que, tras promulgar sus puntos positivos, continuar escuchando voces en nuestros discursos que emanen de la academia. Esto sucede, a menudo, en nuestro día a día en las clases ordinarias a las que asistimos en la Universidad donde los profesores abogan por una nueva forma de entender la enseñanza, de forma práctica y participativa; no obstante y, a pesar de sus propósitos, las metodologías son arcaicas y técnicas, y conllevan gran parte de trabajo monótono y repetitivo, por lo que aquello que se dice, jamás concuerda con lo que se hace.
    Otro apunte de interés lo constituye la frase “los educadores que trabajan en sociedades que dicen ser democráticas, tienen cierta responsabilidad moral de intervenir en la creación de situaciones en las que aquellos con quienes trabajamos tengan posibilidad de vivir más plenamente los valores inherentes a la democracia”. Pero, nuevamente, se trata de la pescadilla que se muerde la cola, ya que es aquí donde se agudizan las diferencias entre países ricos y pobres, entre distintos sexos, tendencias y maneras de concebir la sexualidad, la lengua, la religión, etc., convirtiéndose estos problemas en divergencias de carácter internacional entre unos y otros territorios, provocando la existencia de desigualdades excesivamente manifiestas, incluso en países de alto desarrollo industrial y económico. A estas gentes se les priva de derechos fundamentales como son la higiene, la salud, la educación y la vivienda. Por todo ello, un chiquillo de raza gitana no será igual tratado en una institución académica, ni tendrá las mismas posibilidades, que un niño blanco que habite en el centro de nuestra ciudad. Estoy de acuerdo con que las diferencias raciales y de clase social siempre han existido y, de hecho, forman parte de la vida. Sin embargo, considero que los avances en materia legislativa en los últimos años, que garantizan nuestras libertades y nuestros derechos, no se están respetando ni cumpliendo como se desearía y la escuela, aunque no única responsable, sí representa la llave de la sociedad y el lugar donde se forja el pensamiento primero de los que serán los adultos del mañana. Y debemos tomar conciencia de ello.
    Lo que no alcanzo a entender es el sentimiento de frustración y lucha al que se ven obligados a experimentar muchos de los profesionales que apuestan actualmente por la I – A, considerándolo un gran caballo de batalla en su vida profesional. Verdaderamente, no deberían existir trabas que dificultaran estos procesos y, dada su repercusión y beneficio social, incluso debería ser respaldada por la academia y por los sectores políticos, puesto que su fin último es mejorar la sociedad y la justicia. Considero que, en cuestiones educativas, somos, en gran medida, propensos a tirar piedras contra nuestro propio tejado.

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  9. El interés principal de Zeichner es determinar en qué medida se puede decir que el movimiento de la investigación-acción contribuye a los procesos de cambio. Tiene en consideración el impacto de la I-A en la construcción de unas sociedades más democráticas y dignas para todos los que viven en ellas, de ese modo adquieren sentido las cuestiones de continuidad y cambio social.
    En 1970 trabaja por primera vez con el concepto de I-A. Zeichner es profesor en un centro de primaria del estado de Nueva York y se ve interesado por la I-A debido a los conflictos raciales percibidos.
    Concibe la I-A como un método para reconfigurar la escuela, mejorar las relaciones entre ella y la comunidad y fomentar una experiencia educativa de alta calidad.
    Los docentes no deben ser técnicos que cumplan órdenes, pueden hacer sus aportaciones a toda la comunidad sin ser algo exclusivo del profesorado universitario. Por ello, defiende que profesores y educadores asuman el control de sus propias prácticas. No políticos, ni expertos externos, etc… La I-A ha ayudado a incrementar el grado de confianza de los profesores, contribuyendo a que éstos comprendan con mayor profundidad su propia praxis, así como a sus alumnos. La investigación, de este modo, será entendida como una indagación sistemática que el profesional hace de su propia práctica.
    Debemos esforzarnos por cambiar los prejuicios e injusticias sociales que están más allá del aula. Es necesario ser socialmente críticos y luchar por una mayor igualdad educativa y justicia social, ya que, como dice Zeichner, la I-A tiene el potencial de desempeñar un papel en la construcción de un mundo más justo, aunque esto no siempre se ha aprovechado.
    Aunque un profesor no pueda cambiar las estructuras injustas de nuestra sociedad, pueden ofrecer más oportunidades a sus alumnos, contribuyendo a que al menos haya un mayor grado de justicia social.

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